Artesanos de la iraca, un patrimonio en peligro de extinción

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Ancestralmente la paja toquilla, producto de la iraca, ha sido la fuente de la economía de los artesanos de Nariño, especialmente de mujeres que apoyan sus familias desde su labor en casa, pero este producto cada vez es más escaso por la proliferación de cultivos ilícitos en el municipio de Linares donde se da la mayor producción por su ubicación geográfica.

Estas crónicas muestran la realidad desde tres perspectivas: las artesanas que ven como sube el precio de la materia prima y les pagan poco por sus obras; los comercializadores de esos productos que son quienes finalizan las manualidades especialmente de los sombreros sandoneños; y los campesinos que cultivan y procesan la fibra hasta dejarla en hilos de paja que luego se convierten en obras de arte y se enfrentan a las ofertas muy llamativas de cambiarse a cultivos ilícitos.

Le apuestan al apoyo del Estado para continuar con el arte que ha sustentado sus familias durante años.

Cultivadores y productores
La iraca de Linares que le da vida a la artesanía de una región

Sombreros, bolsos y otras artesanías tienen un principio con los cultivos de iraca del municipio de Linares, Nariño, donde una gran parte de sus habitantes produce la mayoría de la paja, insumo principal para las y los artesanos de toda la región. Este proceso tiene sus retos y sus riesgos, pero los productores de esta palma siguen apostándole a esta labor.

Artesanas
Fibra de iraca hecha arte en Santa Bárbara

Se podría decir que, en el corregimiento de Santa Bárbara, Sandoná, en Nariño, todos nacen tejiendo la iraca y con ella fabricando sombreros, bolsos y adornos. Sus conocimientos han venido por generaciones y se convierten en una fuente de ingresos especialmente para las mujeres artesanas.

Terminadores y comercializadores
La paja toquilla: marca registrada en Sandoná, Nariño

En los talleres artesanales de Sandoná, en Nariño, se les dan los toques finales a los tejidos de las mujeres y hombres del municipio que con sus manos realizan artesanías espectaculares que van desde las figuras del pesebre hasta sombreros que traspasan fronteras. Sus tiendas con estas obras de arte son destino obligado de Nariño.

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