¿Se imaginan que para llegar a casa deban tomar un bongo o canoa con motor durante 4 días, que tengan que pasar 12 raudales o rápidos que impiden el paso normal de las embarcaciones, que deban cargar en cada uno de ellos el equipaje y pasarlo a hombro hasta el sitio donde la embarcación esté a salvo y se esté obligado a pasar la noche en comunidades indígenas o en las riberas del río? Pues esa es la cotidianidad de los habitantes de Guainía, un departamento que por su ubicación geográfica en la amazonía colombiana carece de carreteras y sus ríos son la única posibilidad para transportarse. Ésta es la historia de los viajeros entre Inírida y Zancudo, mientras pasan el raudal de Mavicure. Colombia Bacana, un país mágico por descubrir