Agustín Parra nos hace un relato de la historia del municipio de El Tambo en Nariño, llamado en la época colonial como “El Tambo Pintado” para diferenciarlo de otros “tambos”, un nombre muy común para bautizar los pueblos, palabra que en aquel entonces significaba posada para el descanso. El oro atrajo a los españoles y ellos dejaron la fe católica.