El sueño colombiano

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El primer restaurante camino a La Chorrera es de un cubano. Norbert con su gorro de chef anuncia, con su acento, la gastronomía de la isla que prepara en su casa-restaurante. Invita a la cocina, destapa las ollas y cautiva con su aroma.“Chico un mojito al año no hace daño” le dice a todos los turistas que se acercan por el paso obligado hacia El Chiflón y luego a La Chorrera. Su aroma y sabor son insuperables.

Con una sonrisa cuenta que nunca tuvo el “sueño americano”, más bien el “sueño colombiano”. La culpable fue una novela que vio en Cuba. “Me enamoró el acento de una mujer hermosa y crespa que recogía el fruto de los cafetales”, dice Norbert con la mirada perdida. Sí, la telenovela Café con Margarita Rosa de Francisco lo cautivó, hasta tal punto que llegó a imaginarse acostado en ella en la playa. Su sueño se cumplió en parte, conoció a una colombiana, paisa, más no a la Gaviota. Se casó con ella y su “contrato” duró 5 años, luego se fue para la vereda La Palma, donde se ubica La Chorrera y allí además del restaurante ofrece una casa para los huéspedes que buscan acercarse a la naturaleza.


Norbert encontró su paraíso y con él, el sustento para vivir el “sueño colombiano” y el de sus hijos en Cuba. Este chef encontró su lugar en las montañas del oriente de Cundinamarca.