Los esclavos en el sur del Cauca se quedaron con algunos violines en los que sus amos tocaban piezas clásicas y aprendieron a sacarle sonidos que adaptaron a sus ritmos afro. Uno de ellos fue el bambuco patiano que nació en el municipio de Patía donde se podría decir vive el último violinista de este ritmo. Don Lorenzo Solarte a pesar de quedar ciego por un glaucoma, aprendió a tocarlo y aunque ha intentado transmitir su conocimiento, ve como se pierde esta tradición porque esta música, para volverse comercial, prescindió de este instrumento.